El pasado 5 de octubre se celebró en Calella el Ironman de Barcelona, una prueba que lleva al cuerpo humano al límite: 3,8 km nadando, 180 km en bicicleta y 42,2 km corriendo.
Un participante ruso estaba a punto de acabar la carrera cuando a unos 10 metros de la meta se le acabaron las fuerzas. El hombre se desplomó y ante la situación dos personas de la organización corrieron a ayudarle. ¿Pero que fue lo que ocurrió? El participante declinó la ayuda y decidió acabar la carrera a gatas. Todo un ejemplo de superación física y mental.
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