José Antonio llegó al hospital inconsciente y muy grave con un traumatismo severo en la cabeza después de que dos hombres le dieran una paliza. No hablaba, no se movía y estuvo una semana en la UCI. Pero al pasar a planta a lo único que se aferraba era a un disco de escayola con una huella impresa, la de Mabel, su perrita.
Los médicos se dieron cuenta de esto y no lo dudaron: José necesitaba el apoyo de Mabel para mejorar. Acercaron a la perra hasta su cama en uno de los momentos más difíciles de su vida. “Siempre está ahí”, expresa José de su “niña”.
Este es el momento en el que José Antonio ve a su perra Mabel tras pasar por la UCI:
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