Verónica, una mujer de 32 años de edad, trabajaba en la empresa Iveco en Madrid de 2.500 empleados. En la actualidad estaba casada y tenía dos hijos pequeños.
Hace ahora cinco años, antes de su matrimonio, grabó un vídeo de contenido sexual que la semana pasada salió a la luz. El vídeo empezó a difundirse entre todos los compañeros de trabajo, hasta que el viernes pasado llegó a manos de su marido.
Ese mismo día, la mujer sufrió una crisis de ansiedad y abandonó su puesto de trabajo. Sus compañeros aseguran que la mujer quería que la historia pasase y que la gente dejara de hablar cuanto antes y no tenía pensado denunciar.
»Había miradas, gente que iba a verla al lugar de trabajo para ver quién era, sintió mucha presión, habló incluso con Recursos Humanos. Cuando su marido se enteró se le cayó el mundo y fue un poco responsabilidad de todos», explica un compañero.
(Vía)
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