El derretimiento del permafrost (la capa de tierra helada todo el año situada principalmente al norte del planeta) está permitiendo a los científicos encontrar aquello que el hielo retenía en su interior.
Hace poco encontraron un cachorro de dos meses de edad que murió hace más de 18.000 años cerca del río Indigirka, al noreste de una de las ciudades más frías del mundo, Yakutsk, en la siberia rusa.
Se le han practicado diferentes pruebas en el Centro Sueco de Paleogenética (GPC) y no se han encontrado coincidencias claras de ADN, por lo que no se sabe si es un perro, un lobo o un eslabón evolutivo entre ambos.
(Vía)
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