Scott Kallweit es un sargento de Pesca y Vida Salvaje de la ciudad de Calgary, en Canadá y fue llamado por Russ Wright, un hombre que pasaba por la zona y vio a dos ciervos enganchados por la cornamenta.
En un primer momento Russ pensó que uno de los animales estaba muerto, pero no, ambos estaban bien. »Se movían y saltaban. Se veía que tenían mucha energía, era muy probable que no se separaran ellos solos».
El guardabosques pensó en tranquilizar a los animales, pero eso hubiera acabado mal. Al final, acabó ayudándolos con su escopeta realizando un disparo certero. Desde una distancia corta y cuando los animales pararon durante un segundo, Scott realizó el disparo a la cornamenta de uno de ellos, haciendo que se desprendiera un trozo de cuerno y finalmente se separaron.
»Como guarda forestal, disfruto viendo a estos animales correr libres y esperamos lo mejor para que sobreviva», explicó posteriormente Scott Kallweit, quien también explicó que los ciervos pierden sus cuernos en esta época del año, por lo que el disparo no supondrá ningún daño para él. »Naturalmente, le volverá a crecer la cornamenta en primavera, es algo que pasa todos los años».
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