Dos delincuentes secuestraron un helicóptero en el aeródromo de Peña, Santa Catarina, Brasil y forzaron al piloto a llevarlos a una misión especial: Rescatar a un preso que iba a ser trasladado a la Penitenciaría Federal de la ciudad.
Se llevaron con ellos al piloto de la aeronave (57 años) y al asistente de pista (20 años). Al poco de despegar, el piloto avisó a los controladores de que el helicóptero había sido secuestrado. A unos 70 kilómetros del aeródromo el aparato se estrelló y el momento quedó registrado por una cámara de seguridad de una vivienda.
El asistente de pista y el piloto (en la foto de arriba) murieron, así como uno de los delincuentes. El único que sobrevivió fue Daniel da Silva, un individuo que estaba en la cárcel pero que disfrutaba de salidas eventuales.