Al alpinista Hugh Herr le amputaron las dos piernas cuando era un adolescente después de una desastrosa expedición de escalada. El congelamiento severo que sufrieron sus piernas obligó a los médicos a amputárselas. Para poder seguir escalando, se fabricó unas prótesis de metal, madera y con suela adherente para no resvalar.
Hoy en día Hugh es director del departamento de Biomecánica de una de las principales empresas que diseñan extremidades artificiales.