A partir de ahora, los dueños de perros de Inca, un municipio de Mallorca, tendrán que afrontar un nuevo gasto: Pagar 10 euros por inscribir a su mascota en el censo municipal y renovarlo anualmente por otros 5 euros anuales.
Con este dinero, el ayuntamiento pretende construir papeleras para excrementos de los animales y parques temáticos para perros, con juegos para ellos. Además se ha creado la figura policial llamada »agente rural», que se encargará de vigilar a los perros y las basuras en zonas rurales.
Estarán exentos de pagar este impuesto los perros lazarillo y los perros destinados a trabajo profesional, como los animales de rescate o los de pastoreo.
Todos los perros deberán llevar en su collar una placa identificativa de que el animal ha sido censado. La policía vigilará que esto se cumpla. Por otro lado, esta nueva ordenanza limita a tres perros el número máximo de animales por hogar.
(Vía)
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