El Palacio Potala ocupa más de 410.000 metros cuadrados y sus trece pisos hacen de él una imponente edificación que alcanza los 115 metros de altura.
Es un lugar sagrado para los budistas tibetanos, ya que esta fue, hasta 1959, la residencia del dalái lama. Fue entonces cuando el decimocuarto líder espiritual de esta religión tuvo que exiliarse, acompañado de 80.000 seguidores, a la India.
En el año 1994, años después de que el dalái lama se marchara, fue declarado por la Unesco Patrimonio de la Humanidad. El interior cuenta con más de mil habitaciones, diez mil capillas y más de doscientas mil estatuas. Se mire por donde se mire, las cifras del Palacio Potala son tan dignas de admiración como su belleza.
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