Según el nuevo documento aprobado por el papa Francisco, la iglesia católica prohíbe a sus fieles esparcir las cenizas de los difuntos y también que sean conservadas en casa.
La Congregación para la Doctrina de la Fe ha redactado un nuevo documento con el nombre de ‘Instrucción Ad resurgendum cum Christo’ ante las nuevas practicas tanto de sepultura como de cremación consideradas «en desacuerdo con la fe de la iglesia«.
»Para evitar cualquier malentendido panteísta, naturalista o nihilista, no sea permitida la dispersión de las cenizas en el aire, en la tierra o en el agua o en cualquier otra forma, o la conversión de las cenizas en recuerdos conmemorativos, en piezas de joyería o en otros artículos. En el caso de que el difunto hubiera dispuesto la cremación y la dispersión de sus cenizas en la naturaleza por razones contrarias a la fe cristiana, se le han de negar las exequias», se puede leer en el documento.
La conservación de las cenizas en el hogar tampoco tampoco está permitido, »sólo en casos de graves y excepcionales circunstancias», que una persona lo pida »por piedad o cercanía», explicó Ángel Rodríguez Luño, consultor de la Congregación de la Doctrina de la Fe.
Para la iglesia »la conservación de las cenizas en un lugar sagrado puede ayudar a reducir el riesgo de sustraer a los difuntos de la oración y el recuerdo de los familiares y de la comunidad cristiana. Se evita la posibilidad de olvido, falta de respeto y malos tratos, que pueden sobrevenir sobre todo una vez pasada la primera generación, así como prácticas inconvenientes o supersticiosas».
»Por regla general, deben mantenerse en un lugar sagrado, es decir, en el cementerio o, si es el caso, en una iglesia o en un área especialmente dedicada a tal fin por la autoridad eclesiástica competente».
(Vía)
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