Aitor García, de 24 años de edad, murió ahogado después de una agonía que se prolongó durante una media hora provocada por un trombo pulmonar. Un médico del SUMMA se negó a enviarle una UVI móvil a su casa al considerar que el joven respiraba con normalidad. Los padres piensan que su muerte podría haberse evitado.
Aitor se encontraba con su madre Carmen en su casa de Navalcarnero, en Madrid, cuando el joven empezó a ahogarse. Carmen llamó al 112 y el profesional que atendió la llamada no se creía que el joven se estuviera ahogando. »Señora, su hijo no tiene nada, respira perfectamente. Hasta luego». Después su hijo entró en parada cardiorespiratoria.
Después de cuatro llamadas, Carmen consigue que el 112 le envíe una ambulancia y Aitor entra en muerte cerebral por la falta de riego sanguíneo al cerebro. Cuatro días después falleció. Ahora, casi dos años después, los padres reclaman una indemnización por esta presunta negligencia.
Los padres han dado hoy una rueda de prensa para denunciar la presunta negligencia y han reproducido la llamada completa, en la que el joven pronuncia con dificultad que se está ahogando.
#ÚltimaHora ? Estremecedor audio del médico que negó ayuda a un joven antes de morir. pic.twitter.com/JDVECWKADa
— EL MUNDO (@elmundoes) November 7, 2019