Si buceas mucho en la piscina con los ojos abiertos se te acabarán poniendo un poco rojos y te escocerán. Popularmente se dice que esto es por el cloro que contiene el agua de las piscinas, pero el origen de ello en realidad es la orina de todas las personas que pasan por ellas.
Además de la orina, el escozor y el rojo de los ojos viene además por otras sustancias como restos fecales, restos de sudor y suciedad en general del cuerpo de los usuarios de las piscinas.
El cloro es un responsable indirecto. Cuando la orina y el cloro se mezclan, el cloro se convierte en un derivado del amoníaco llamado cloramina. Esto causa problemas respiratorios y efecto revelador en los ojos.
Pero lo peor son los restos fecales. Las personas con diarrea pueden propagar Cryptosporidium, un parásito que es resistente al cloro y es la principal causa de enfermedades transmitidas por el agua.
(Vía)
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