En una mesa de 500 metros de largo se reunieron cientos de personas, sin distancia de seguridad y compartiendo comida y bebida en el famoso puente de Carlos del siglo XIV. Varias bandas improvisadas tocaron música alrededor de la larguísima mesa, adornada con margaritas.
«Queremos celebrar el fin de la crisis de coronavirus con la gente reuniéndose y mostrando que no tiene miedo de estar con otra gente. Que no tienen miedo de aceptar un bocado de un sándwich de otra persona», ha dicho Ondrej Kobza, dueño de un café en la ciudad y organizador del evento.
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