Dos mujeres que trabajaban en un supermercado de la cadena Mercadona en Cádiz han sido despedidas por comerse cada una de ellas un saladito de 15 céntimos que iba a caducar.
Ocurrió el pasado 28 de mayo durante la final del partido de Champions que enfrentó al Real Madrid y al Atlético de Madrid, una jornada de trabajo frenética ya que muchos clientes fueron al supermercado para hacer sus compras de cara a disfrutar del partido de fútbol.
Después de largo día de trabajo y a punto de acabarlo, a las 21:40, Mari Ángeles afirma que no pudo ni beberse una botella de agua que había comprado en el supermercado vecino, ante la negativa de su encargada. Fue en ese momento cuando Mari Ángeles se fue a la zona de panadería del Mercadona y le comentó a una compañera que estaba cansadísima. Entonces, esta le ofreció un par de saladitos que iban a ir a la basura. Uno se lo comió y otro se lo ofreció a su compañera Patricia, que lo aceptó y se lo comió porque también estaba muy agotada.
La coordinadora vio la acción y llamó a ambas a su oficina y les hizo firmar un documento en el que se reflejaba que se habían comido el mini saladito. Las dos mujeres pensaron que se trataba de una simple acta disciplinaria, explicó Mari Ángeles a La Voz del Sur.
Despedidas de Mercadona por comerse un ‘saladito’:
Días más tarde Mari Ángeles pagó los saladitos y esto, al parecer, molestó muchísimo más a la coordinadora. »Cuando se enteró me dijo que cómo había hecho eso, que ahora iba a quedar mal ante sus superiores porque ya había dado parte de lo que habíamos hecho y que le diera el ticket de la compra, a lo que me negué. Desde entonces ya fue un acoso diario hasta el 6 de junio, cuando al finalizar nuestra jornada nos llaman a Patricia y a mí para decirnos que estamos despedidas».
Ambas fueron despedidas sin indemnización después de 16,5 años en la empresa en el caso de Mari Ángeles y seis y medio en el caso de Patricia. Desde ese día, la primera lleva concentrándose cada día en la entrada del supermercado para denunciar la situación y exigir su reincorporación y si no que se la indemnice.
Patricia ha dado el paso ahora, estuvo muy mal en cama con antidepresivos. Está divorciada y tiene dos hijos de 16 y 11 años que dependen de ella. Mari Ángeles también es madre soltera de una niña de 10 años, y aunque tiene paro, considera que después de todo ese tiempo en la empresa ahora se vea sin indemnización por algo tan simple como comerse un mini saladito que iba a ser tirado a la basura y justo al acabar su jornada de trabajo.
(Vía)
26 Comments
Leave a Reply