Una tecnología española aspira a transformar radicalmente el paisaje de la energía eólica, con la fabricación de molinos sin aspas, más eficientes y baratos, que además no molestan (ni matan) a los pájaros.
Esta tecnología se llama Vortex Bladeless, y tras cinco años de desarrollo, ya está a punto de convertirse en realidad.
La idea se le ocurrió al ingeniero David Yánez cuando observaba un vídeo del derrumbamiento del puente de Tacoma Narrows, ocurrido en 1940.
Debido a un acoplamiento estructural entre el viento y el propio puente, éste comenzaba a oscilar como si fuese una hoja de papel movida por el viento, hasta que finalmente se derrumbó.
Lo interesante de este desastre arquitectónico es que el viento, al cruzar el puente, generaba una energía tan grande como para derrumbarlo.
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