Un accidente en un quirófano del hospital de Floreasca, en Rumanía acabó con la muerte de una mujer de 66 años de edad que estaba siendo operada de cáncer de páncreas.
Los cirujanos utilizaron un desinfectante que estaba basado en alcohol y al utilizar un escalpelo eléctrico, un aparato que sirve para cortar la piel, se generó una reacción que provocó que la mujer comenzara a arder.
Para apagar el fuego utilizaron agua y la mujer acabó con el 40% del cuerpo quemado. Una semana después murió tras las complicaciones por las quemaduras.
El político rumano Emanuel Ungureanu ha presentado una denuncia ante la Fiscalía para que se investigue este caso en profundidad, alegando que esta negligencia médica no se puede quedar así y que los responsables deben pagar por ello.
Vía Debate
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