Según un estudio, los niños que sienten pasión por los dinosaurios pueden llegar a memorizar los nombres de todos los tipos que habitaron la Tierra, pueden hablar de su hábitat, supervivencia, dieta y sobre el período al que pertenecían. Este comportamiento puede relacionarse con el nivel de inteligencia.
Los investigadores explican que esta conducta de »intereses intensos» implica que los niños sientan motivación e interés por un tema específico. Dentro de estos intereses, un tercio está relacionado con el mundo de los dinosaurios. Esta afición suele empezar a los dos años y dura hasta los seis aproximadamente.
Los niños con intereses intensos u obsesiones suelen tener una mejor confianza y desarrollo cognitivo, según Kelly Chen, psiquiatra y terapeuta ocupacional de la Universidad de Johns Hopkins de Estados Unidos.
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