Adam Martin es un hombre británico que tuvo que ser operado a corazón abierto después de que un trocito de una palomita de maíz se le quedase incrustado entre sus dientes. Adam, bombero y padre de tres hijos, empezó a encontrarse mal y experimentar síntomas propios de un resfriado que después se convirtió en una supuesta gripe.
Aproximadamente una semana antes de tener esos síntomas estuvo comiendo palomitas de maíz y un trozo se le quedó en su dentadura. Adam fue incapaz se sacárselo. Estuvo intentándolo durante tres días con diferentes objetos, un chicle, una tapa de bolígrafo, un palillo o un trozo de alambre. Esto le provocó dolor de muelas y dañó la encía.
Su estado de salud empeoró y le diagnosticaron un soplo cardíaco. Tras unos análisis y unas radiografías, los médicos detectaron que tenía endocarditis, una infección del endocardio, que es el recubrimiento interno de las válvulas y las cavidades cardíacas, que se produce cuando bacterias, hongos u otros gérmenes de otra parte del cuerpo, como la boca, se propagan a través del torrente sanguíneo y se adhieren a zonas dañadas del corazón.
Adam explicó al diario Daily Record que los médicos le dijeron que si no hubiera ido al médico de cabecera cuando fue, «podría haber estado muerto en tres días». «Tendría que haber ido al dentista desde el primer momento. Entonces nada de esto habría sucedido. Ha sido la peor experiencia de mi vida», declaró.