Esta perrita de sólo dos años de edad ha pasado gran parte de su vida colgada boca abajo en una habitación oscura y era golpeada de forma constante para que su carne fuese más tierna.
La tenían colgada de las patas y como estaban atadas tan fuerte, la carne se infectó y comenzó a pudrirse. Al ver que ya no servía para nada, la metieron en una bolsa y la tiraron a la basura. Por suerte, fue encontrada a tiempo en un matadero de Corea del Sur.
Para salvarle la vida, le tuvieron que amputar sus cuatro patitas: »Sobrevivió y el día después de la operación ya estaba intentando caminar. Sonreía y movía la cola», explicaba la presidenta de ‘Animal Rescue, Media & Education’ Shannon Keith.
A la perrita le pusieron el nombre de Chi Chi (amorosa en coreano) y después de pasar 2 meses de recuperación en una clínica veterinaria de Seúl, fue trasladada Arizona, donde fue adoptada por Elizabeth y Megan Howell.
Cuando se recupere por completo, la familia quiere entrenar a Chi Chi para que sea una perrita de terapia y consuele a niños y veteranos que hayan perdido algún miembro de su cuerpo.
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