Un repartidor de pizza iba a entregar un pedido en un domicilio y la cámara de seguridad de la vivienda captó el momento en el que ayudó a otro vecino a recuperar a su perro que se le había escapado.
El repartidor le silbó y el perro se acercó. Rápidamente el hombre sacó una golosina del bolsillo y se la dio para que permaneciera a su lado hasta que el dueño agarrase la correa.
Al parecer, es muy común que en zonas con muchas mascotas los repartidores lleven golosinas para casos de perros sin correa.