En Daguestán, una de las repúblicas rusas que formaron antiguamente la URSS, han rescatado a Simba, un cachorro de león al que un fotógrafo le partió las patas para que los turistas pudieran hacerse fotos a su lado sin miedo a ser atacados.
Este fotógrafo lo utilizó durante un verano entero para aprovecharse de los turistas. Luego lo abandonó en un granero en el que el animal estuvo a punto de morir debido a las lesiones que tenía en la columna.
Al final el león pudo ser rescatado por una organización animalista. Yulia Ageeva, una de las responsables del rescate, explicó que el el león parecía no haber sido alimentado. Incluso creen que se dedicaron a echar agua helada sobre el animal como una forma de burla o castigo.
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Después de ser rescatado, Simba fue trasladado a la clínica del doctor Karen Dallakyan, un veterinario que se hizo cargo de la recuperación del león y que reconoce que el cachorro está vivo «de milagro». El animal sufría multitud de secuelas físicas, además de tener las patas traseras deformadas por las roturas que había sufrido.
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El animal también tenía problemas de obstrucción intestinales, úlceras por presión y desgaste muscular en las extremidades posteriores. Las imágenes del pobre animal son terribles, aunque se va recuperando poco a poco desde que pudo ser operado de urgencia por el veterinario, que describe el sufrimiento del cachorro como un «océano de dolor».
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