Un vecino de Puertosol, en Málaga, iba paseando cuando escuchó gemidos que venían del interior de un contenedor. Se acercó y vio una lona cerrada. Le hizo una raja e inmediatamente el animal sacó su hocico para respirar.
En el interior había un mastín español de unos ocho meses en estado terminal. El animal estaba en un saco cerrado a conciencia con unas cuerdas para que no pudiese escapar de ninguna manera.
El Grupo de Protección de la Naturaleza (Gruprona) de la Policía Local de Málaga acudió de inmediato y se ha abierto una investigación para tratar de identificar al autor de unos hechos.
La Protectora de Málaga, en colaboración con el hospital veterinario Catycan, se han hecho cargo de su recuperación, que está siendo favorable.
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»El animal estaba agonizando, casi sin sangre en las venas e infectado de pulgas, de garrapatas y de gusanos que se lo estaban comiendo por dentro y por fuera», explica Carmen Manzano, presidenta de la ONG animalista.
Le han puesto el nombre de Ulises y ahora se recupera favorablemente de sus múltiples heridas.
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