Unos senderistas rusos iban ascendiendo por el volcán Ebeko cuando este entró en erupción. En vez de irse del lugar inmediatamente, varias personas del grupo decidieron acercarse al cráter y otros quedarse allí para grabar.
El volcán está situado en los alrededores de la localidad siberiana de Severo-Kurilsk, en la isla de Paramushir, una de las que conforma el archipiélago de las islas Kuriles. La ciudad quedó cubierta de ceniza tras la erupción y en ella se instaló un fuerte olor a «huevos podridos», consecuencia de la liberación de sulfuro de hidrógeno.
Afortunadamente, ninguno de los senderistas resultó herido durante el incidente.
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