Jonathan y Marine Dupré, una pareja que vive al noreste de Francia, se enteraron que su hija Naëlle sufría un cáncer de riñón y se les vino el mundo encima. Fue un fuerte golpe en sus vidas y un proceso largo y doloroso, por eso, los compañeros de Jonathan han decidido ayudarle en este momento de su vida.
Desde el años 2014 en Francia se permite a los trabajadores ceder días de vacaciones a un compañero de trabajo si el jefe lo autoriza. Jonathan trabaja en una fábrica de cristales y después de una reunión entre sus compañeros, el director de la empresa y el departamento de Recursos Humanos, acordaron cederle un total de 350 días para que pudiese cuidar a su hija durante todo el tratamiento.
»Me enteré por correo. Me emocioné mucho. Era un peso para nosotros. Ahora no tenemos más problemas, ni para cuidarla ni para desplazarnos a las pruebas y a los tratamientos», dijo Jonathan en una entrevista al diario Le Réveil.
Por suerte, el cáncer de la pequeña está en remisión.
(Vía)
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