Se llama Amy Thomson, tiene 16 años y su vida cambió por completo en una sola noche, en una fiesta en Glasgow donde le ofrecieron éxtasis y no supo decir que no. Lo que empezó como una diversión, acabó muy muy mal: A Amy tuvieron que ingresarla en un hospital donde estuvo un mes en coma, luchando por su vida.
Cuando consiguió salir del coma, ella era otra persona: No puede caminar. Los graves problemas motrices que padece le obligan a usar silla de ruedas y le dificultan la capacidad de expresión, casi ni puede hablar. Las pastillas de éxtasis le destrozaron el cerebro.
Su cuñada lo expresó en un comentario: »Esto es lo que puede hacer una pequeña pastilla de éxtasis».
La policía de Glasgow ha arrestado a tres personas, un hombre de 33 años y dos mujeres de 17 y 18 años, implicados en el incidente que mandó a Amy al hospital.
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