Dos policías de Pennsylvania hicieron una parada de tráfico rutinaria a un conductor y acabó desatándose un tiroteo entre ambos agentes y el sospechoso.
Daniel Clary, de 22 años de edad, se resistió a ser esposado y provocó que los agentes le disparasen con sus pistolas táser. Ambos policías forcejearon con él para tratar de reducirlo pero sin éxito. En un momento, Daniel se zafó de los agentes, se metió en el coche por la ventanilla del piloto y agarró una pistola con la que abrió fuego.
El sospechoso hirió gravemente a uno de los agentes en el tiroteo y este casi muere ya que una bala le impactó en la pierna y le alcanzó la arteria femoral.
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