Jesús García Sosa, cura de Calzada de Calatrava (Ciudad Real), dejó con la boca abierta a los vecinos que seguían su misa a través de Facebook cuando lo vieron con gafas de sol y sombrero negro. Muchos de ellos no se podían creer que el párroco apareciese de esa guisa, pero según Jesús, todo fue »un error porque activé sin darme cuenta uno de los filtros del teléfono con el que da la misa por Facebook».
Algunos vecinos, desconcertados, pensaron que algún hacker había entrado en la cuenta de Facebook de la parroquia y avisaron al cura, que pudo detener la retransmisión.
Las reacciones entre los vecinos fueron diferentes. »La gente más mayor se lo ha tomado como algo desagradable, como una broma de mal gusto, pero los más jóvenes lo han entendido como el fallo de un filtro del teléfono. Yo no tengo mucha idea de Facebook y de las nuevas tecnologías», explica este párroco.
Desde que empezó la pandemia ha empezado a utilizar las redes sociales para seguir dando misa y evitar concentraciones excesivas.