El pasado puente de la Constitución, un grupo de 19 personas de Calamonte, un pueblo de Badajoz, viajaron a Turquía para someterse a un implante de pelo en una clínica de Estambul, una moda que hace furor en nuestro país por los buenos resultados que da y el ahorro económico que supone.
El problema fue a la vuelta. El grupo de 19 personas dio positivo en su regreso y ha provocado un brote de tales dimensiones que en esta localidad pacense (de unos 6.200 habitantes) se ha instalado el nerviosismo y también, en algunos casos, la indignación por la forma en el que se está propagando el contagio.
El resultado hasta el momento es el cierre a las 14.00 horas del colegio San José (500 alumnos y 40 profesores) donde se han detectado varios positivos en las últimas horas y también el centro de educación infantil (de 0 a 3 años), con unos 20 alumnos.
Se especula que una de las causas puede ser que los antibióticos que se toman habitualmente tras una intervención capilar en Turquía, podrían haber enmascarado estos síntomas. Sólo cuándo los efectos de éstos han pasado, los síntomas de estar infectados han terminado saliendo a la luz. De esta manera, familias enteras podrían haber convivido durante aproximadamente una semana haciendo vida normal sin saber que estaban contagiados. Sin embargo, fuentes cercanas a los viajeros insisten en que se podrían haber hecho un test antes del viaje y otro al regresar a la localidad.
El viaje a Estambul fue organizado por un peluquero de la localidad. La mayoría hombres (entre ellos dos policías locales), entre 30 y 50 años de edad, y una mujer.
Entrevista a Manuel, el peluquero del pueblo con Covid que organizó el viaje a Turquía:
