Una cámara de vigilancia en una calle de San Francisco, en California graba cómo una agente de policía intenta detener a un sintecho.
El reciente aumento de ataques violentos de este colectivo hace que la agente sospeche y le cachee. Pero el hombre, rápidamente, se gira y empuja a la mujer que cae al suelo dando comienzo un forcejeo en el que ella parece llevar las de perder.
La corpulencia del hombre, que se pone encima de ella, hace evidente que, de no haber llegado este primer transeúnte en su ayuda, la secuencia podría haber terminado con heridos. De hecho, harán falta hasta cuatro personas más para poder reducirle.
Pasados unos minutos llegan otros dos agentes de policía y el sospechoso es, finalmente, detenido. Los sindicatos policiales denuncian que la escasez de personal había hecho que la oficial trabajara sola, en lugar de con un compañero.
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