Claudia Castillo es una mujer de Miami que persiguió con su vehículo a un coche de policía y luego lo hizo parar porque este iba circulando a una velocidad superior de la permitida.
»La razón por la que lo he detenido y le he dado las luces es porque que iba a 90 millas por hora (145 km por hora) en una vía donde la limitación es 55», dijo Castillo al agente.
»Voy con prisa camino a mi trabajo y no creo que haya excedido el límite de velocidad», respondió al principio el agente. Pero al ver que se le podía caer el pelo por la infracción (no llevaba ni la sirena ni las luces encendidas), el policía añadió: »Me disculpo y me aseguraré de reducir la velocidad».
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