Unos guardias civiles acudieron este pasado miércoles a una llamada por un altercado que se estaba produciendo en una vivienda de Cuarte de Huerva, en Zaragoza y fueron víctimas de una respuesta agresiva y peligrosa de una mujer causante del conflicto.
La mujer fue denunciada por agresión a su compañero sentimental, pero no era la primera vez que los agentes iban a esa casa. En otra ocasión la denuncia fue de ella contra él. En esta ocasión, la mujer, identificada como P. A. U. fue la presunta agresora.
La primera reacción de la mujer cuando vio a los agentes fue escupirles al grito de »¡tengo el coronavirus!». La detuvieron y se la llevaron al cuartel. La mujer escupió a otros funcionarios que allí estaban.
Cuando llegó su abogado de oficio, esta ya se había tranquilizado. El letrado, la asistió y logró que la pusieran en libertad sin ni siquiera pasar por el Juzgado de Guardia, y ella se fue a su casa, donde vive con sus dos hijas.
Todo quedó ahí, pero este jueves conocieron que la prueba que le hicieron de coronavirus, la mujer había dado positivo. Los agentes avisaron al letrado para informarle de lo sucedido y para que tomara precauciones.
El abogado llamó al centro de salud y la respuesta no le tranquilizó mucho: »Me han dicho que me quede en casa 15 días y vigile a ver si tengo fiebre. Les he contado lo que había pasado y que yo este jueves había estado también trabajando en el Juzgado de Guardia y en el de Violencia contra la Mujer, pero la respuesta ha sido la misma, que me quede en casa y no me acerque a mi novia a menos de un metro».
El abogado se fue al Hospital Clínico y allí le indicaron que procediese como le dijeron en el centro de salud: »Estamos en el turno de guardia, defendemos los derechos de los detenidos, tenemos que trabajar obligatoriamente, pues el nuestro es un servicio esencial e irrenunciable, con personas expuestas y no entiendo por qué no pueden hacernos la prueba también a los letrados», dijo.
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