El pasado jueves la Policía Local de Zaragoza se desplazó al número 40 de la calle Cerezo después de recibir la llamada de una mujer que decía vivir en el edificio y no poder entrar porque habían puesto un candado en la puerta.
Esta mujer reconoció a los agentes que estaba okupando un piso del edificio para contarles luego que el nuevo dueño le había arrebatado poco antes las llaves de forma violenta. Según esta, tenía todas sus cosas dentro. Y lo peor, era diabética y no podía coger la insulina.
Los bomberos accedieron a través del balcón. Una vez dentro, se cortó la cadena de la puerta principal y la okupa pudo acceder al domicilio.
Dentro del inmueble no había nadie, pero dieron parte de lo ocurrido a la Policía Nacional, que podría abrir ahora diligencias contra el dueño por coacciones.
La Jefatura Superior explicó que el miércoles por la tarde intervinieron en el mismo edificio a petición del propietario, ya que se encontró dentro a otro okupa y se produjo una fuerte discusión entre ellos al intentar echarlo.
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